viernes, 9 de marzo de 2012

En el s. IX, la península ibérica se balancea en un precario equilibrio de poder. Por un lado, el Emirato cordobés mantiene gran parte del territorio bajo su gobierno, aunque las riendas de su dominación se debilitan. Al norte, los cristianos comienzan a organizarse, adquiriendo mayor empuje, mientras que Mūsa ibn Mūsa, patriarca del clan Banu Qasi, feroz militar y político experimentado, a logrado aumentar sus dominios en el valle del Ebro hasta erigirse, de facto, en un tercer rey.

Pero dos personajes, sin saberlo, serán los responsables de destruir esa precaria estabilidad:

Fortunio de Monforte, que tras pasar gran parte de su vida como monje recorriendo la península en busca de reliquias, es reclamado por Ordoño, rey de Asturias, para llevar a cabo una importante misión diplomática: buscar una alianza con García Íñiguez, señor de Pamplona.

Y Njảll Haraldsson, que acaba de embarcarse, casi contra su voluntad, en una expedición vikinga cuyas intenciones son saquear las costas del mediterráneo.

Las vidas de todos ellos confluirán en un desenlace sorprendente, una gesta de audacia sin igual, que hará que tiemblen los cimientos de la Tierra Dividida.