Autora:
Candice Fox
Colección:
La huella-Australia
Fecha
edición: septiembre 2015
Páginas:
304
ISBN:
9788415433123
Rústica
con solapas, 15 x 23 cm
Precio:
19,95€
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SINOPSIS:
Hades se rodea de objetos que la gente
tira a la basura. Convierte los desechos de los demás en retorcidas esculturas
que se alinean alrededor de su gigantesco vertedero de chatarra. Allí también
hace desaparecer los cuerpos que le llevan…, pero a un precio. Una noche un
hombre llega a la puerta de Hades con dos niños malheridos de los que se quiere
deshacer. Y Hades toma una decisión que cambiará su vida...
Veinte años después, el detective de
Homicidios Frank Bennett se siente muy afortunado cuando conoce a su nueva
compañera, la oscura y bella Eden Archer. Pero hay algo raro tanto en Eden como
en su hermano Eric, también policía. Al principio, cuando comienzan la búsqueda
de un asesino en serie, un cirujano psicópata, el instinto de Eden se convierte
en el mejor instrumento de la investigación. Pero muy pronto Frank se
preguntará si ella y Eric no serán tan peligrosos como el hombre al que
persiguen…
Quién merece vivir y quién no es un
dilema tan viejo como el hombre, y para el que no existe una verdadera
respuesta.
OPINIÓN
PERSONAL:
Mis impresiones:
Si tuviera que definir con una sola
palabra esta novela, supongo que esta sería brutal, y no porque lo que cuente
sea más fuerte que lo que puedas encontrar en otras de su género, si no porque
el conjunto de toda la trama va golpeando al lector, desde unos personajes
fríos y casi deshumanizados, que dejan aflorar en escasas ocasiones los
sentimientos, hasta unas situaciones extremas capaces de condicionar el futuro
de los personajes.
Hades es una radiografía de la maldad
en estado puro, de la justicia poética, del juego de ser jueces supremos y
decidir quien merece vivir y quien morir. Aunque pudiera parecerlo por el
titulo, Hades no es el protagonista de esta novela, aunque si un pilar muy
importante de ella. Y es que su mundo se circunscribe a los límites de sus vertedero,
en el que es el vigilante del averno, como su propio nombre indica.
La primera contradicción de este
personaje frío y sin moral, que por dinero hace desaparecer los errores de los
demás bajo capas de basura, la encontramos en su afición por crear arte con lo
que los demás desperdician, obras que están desperdigadas por el reino que
habita y que en cierta manera denotan una sensibilidad que él es incapaz de
mostrar con un ser humano, la segunda el hacerse cargo de dos niños malheridos
de los que debería haberse deshecho, el mimo con que los cuida mientras están
heridos y el cuidado que pone en dotarlos de unos valores de los que él carece.
A pesar de la frialdad y la poca
empatía que puede provocar Hades yo terminé apreciándolo, quizás por el empeño
en rescatar del infierno a esos niños, quizás por la forma de proporcionarles
una coartada a sus instintos justicieros, nadie como él para nadar en el
insondable averno de sus pesadillas, nadie como él para saber que sin su ayuda
eran carne de presidio, y los dotó de una serie de conocimientos que si bien no
les liberó de su naturaleza malvada, si que les permitió llevar una vida más o
menos normal.
Tenía curiosidad por saber como la
autora nos iba a introducir en la infancia de Eden y Eric, esos niños que
llegaron malheridos al vertedero, y la verdad es que ha dado en el clavo en la
forma de hacerlo. Para ello se ha valido de dos tramas que avanzan en paralelo
para confluir en una sola al final del libro.
La autora comienza presentándonos el
reino de Hades, para ello se vale de la tercera persona y de un narrador
omnisciente, que nos permite ver desde distintos ángulos un mismo hecho, no en
balde son tres los protagonistas de esta trama: Hades, Eden y Eric. Sin embargo
a pesar de que el desarrollo es líneal no la forma de presentarlo en la novela,
puesto que estos capítulos de presentación de los protagonistas de este
historia se alternan con otros narrados en primera persona por Frank Bennet,
detective de homicidios y a la postre compañero de Eden Archer. A través de
Frank conocemos a los hermanos Archer en la actualidad,y es que el empeño del
detective por desentrañar los secretos y misterios de su compañera le causaran
algún que otro quebradero de cabeza.
Qué distintos son esos pequeños, que
conocemos en el primer capítulo, de lo que serán cuando vayan creciendo y
madurando, y sobre todo que distintos son de esos detectives de maneras rudas a
los que todos temen, y en medio de este tinglado aparece Frank Bennet, que
también guarda fantasmas en el armario, que esconde en su pasado
comportamientos impropios de un policía, que no hacen que se sienta
precisamente orgulloso de si mismo.
Frank es un personaje que no he llegado
a entender, desde el principio me pareció pedante, demasiado gallito y muy
pesado, no se puede acosar de esa forma a una persona para que te abra las
puertas a una intimidad que vigila de forma celosa. El caso que llevan entre
manos no es moco de pavo y se han de cubrir las espaldas lo mejor que puedan,
pero eso no le da derecho a husmear en la intimidad de Eden. El cambio que
sufre cuando conoce a la víctima frustrada del asesino que persiguen tampoco me
convence, un hombre que no ha sido un dechado de virtudes en su relación con
las mujeres, pone demasiado celo en proteger a la testigo, para ello no es
necesario actuar de la forma en que lo hace y que al menos a mi me ha chirriado
por todos los lados.
En cuanto a Eden y Eric mejor los
conocéis acercándoos a su historia, vale la pena vivir la montaña rusa de
sensaciones a las que te abocan, porque si bien es díficil empatizar con ellos,
no lo es tanto comprenderlos, y creo que cualquiera en su caso hubiera actuado
de forma similar, al menos en lo que su justicia personal se refiere, al resto
es más complejo de entender y habríamos de meternos en la mente de un niño
obligado a ser testigo de una tragedia de dimensiones colosales.
Si en la trama narrada en tercera persona
recorremos la infancia de Edén y Eric, en la narrada en primera persona por
Frank Bennet, estos son dos reputados detectives de homicidios con una eficacia
impresionante y unos métodos poco ortodoxos. A pesar de ser el compañero de
Edén, chocara de forma frontal con Eric desde el minuto uno, ya que este es la
sombra de su hermana y no permite que se acerquen demasiado a ella. Los tres se
enfrentan a un asesino en serie o a un traficante de organos que se cree con el
derecho de decidir quién debe morir y quién vivir.
Todo comienza con un accidente, un cabo
suelto, el descubrimiento de un cementerio poco usual, y la constatación de que
una de las victimas es una niña que ha desaparecido hace poco tiempo. La
carrera contrarreloj para atraparlo y evitar nuevas víctimas altera los ánimos
de los tres, y sobre todo la actitud de Frank exaspera a los dos hermanos. Poco
a poco iran apareciendo nuevos personajes, secundarios importantes en el
desarrollo de la trama, pero que no están tan bien definidos como lo principales.
Capitulo a capitulo, las tramas van
avanzando hasta confluir en una sola, hasta noquear al lector, porque se
produce un giro que no espera, y que a la vez comprende que no podía ser de
otra forma, pero no por ello impacta menos.
Con una prosa directa, sencilla, ágil
Candice Fox nos adentra en el infierno de unos personajes víctimas de su
pasado, de la brutalidad. La sucesión de capítulos cortos propicia una lectura
rápida en el lector, que está ávido de respuestas, que necesita conocer el
desenlace, no necesita tanto saber si se atrapa al asesino, sino como termina
el triángulo formado por los tres protagonistas.
"Mi vida por un secreto tuyo", en el
momento de pronunciar esta frase Frank Bennet desconocía que estaba vendiendo
su alma al diablo, quizás la vendió en el mismo momento en que conoció a Edén y
quedó prendado de su belleza y enredado en su misterio. Pero si quieres conocer
el secreto habrás de adentrarte en la lectura de Hades.
Conclusión:
Si habéis llegado hasta aquí, os
habréis dado cuenta de lo mucho que me ha gustado esta novela, la autora
despliega en ella toda la experiencia de la infancia vivida en una familia
inusual, y también de esas conversaciones que escuchaba a escondidas y en las
que su padre desgranaba su trabajo como asistente social.
Candice Fox hace gala de conocer la
naturaleza humana y retrata como un trauma vivido en la infancia puede
condicionar el futuro de las personas que lo sufren. Nunca Eden y Eric hubieran
sido los mismos si no hubieran sido arrancados de forma brutal de la idílica
familia de la que procedían. Tampoco Frank hubiera vendido el alma al diablo
por conocer un secreto de su compañera.
A pesar de la frialdad y la escasa
humanidad de la mayoría de los personajes al lector no le cuesta comprender su forma
de actuar, ojo, no empatizar, porque eso sería muy fuerte, pero sin llegar a
justificar, si comprenderles, incluso apoyarles en algún momento puntual.
Si te gusta la novela negra no puedes
perderte Hades, seguro que te atrapará entre sus páginas, no se si será la
mejor novela negra que he leído en 2015, pero sí que estará entre las mejores,
y por supuesto entre las más recomendadas.
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